En nuestra lucha contra el cambio climático hemos logrado encontrar un aliado que no esperábamos que existiera. Se trata de las salamandras, esas mismas que se pueden encontrar en muchos bosques alrededor de todo el globo. En algunos lugares se han convertido incluso en los vertebrados más comunes, como es el caso de Norteamérica por ejemplo.
Las salamandras son más beneficiosas para la ecología de lo que parece. Estos animales se encargan de comer toda clase de insectos, los cuales a su vez optan por las hojas que caen de los árboles. Estas hojas, al no ser consumidas por los insectos (porque estos fueron la comida de las salamandras), se convierten en una especie de humus, el cual es capaz de absorber carbono. Las salamandras le están haciendo un favor a todo el mundo, ya que permiten que los bosques puedan absorber mayores cantidades de carbono, evitando así que cantidades excesivas se pierdan en la atmósfera.
Recientemente ha concluido un estudio de 2 años de duración llevado a cabo en California, donde se vigiló el impacto de las salamandras en el entorno. Las áreas con mayor cantidad de salamandras presentaban también una mayor cantidad de hojas en el suelo, y con el paso del tiempo, una mayor cantidad de humus por supuesto, lo cual a su vez equivale a una mayor absorción de carbono.
Mantener a estos anfibios en buenas condiciones y en un entorno adecuado es importante si queremos ayudar a reducir la cantidad de carbono que va a parar a la atmósfera.
Fuente: Ecologiahoy
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