Petit
Romain, diseñador industrial francés, cansado de botellas redondas en
paquetes de seis unidades difíciles de apilar y poco eficientes en su
transporte, imaginó una botella de Heineken cuadrada. Y dicho y hecho, Petit
diseñó el llamado Cube.
No es
la primera vez que alguien trata de mejorar la tradicional botella de cerveza
de Heineken. En la década de 1960, Heineken sacó al mercado una botella
de cerveza rectangular con forma de ladrillo de vidrio. En el 1963, el
empresario Alfred Heineken y el arquitecto John Habraken diseñaron Heineken
Wobo, una botella rectangular de vidrio que posteriormente podía ser utilizada
como material de construcción.
Alfred Heineken pensó en este
envase después de una visita al Caribe donde vio playas llenas de botellas y
observó también que escaseaban los materiales de construcción. Decidió crear una botella que pudiera
reciclarse utilizándola como ladrillos para la construcción. En definitiva este sería un envase que hace el transporte y almacenaje mucho más eficiente, y que podría ser también apta para construir con pequeñas modificaciones.
Fuente: uopsocl
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